Siempre se ha dicho que debe emplearse el transporte público frente a los vehículos privados como una buena fórmula para conseguir reducir la contaminación medioambiental.
Sin embargo, y especialmente cuando este tipo de transporte no es una alternativa viable por las razones que sea, existen diversas técnicas de conducción que, aplicadas en cualquier situación, favorecen tanto el cuidado medioambiental -gracias al descenso del consumo de combustible, que también supone un ahorro económico-, como el desarrollo de una conducción más segura.
Entre las prácticas más comunes para conseguir una mayor eficiencia al volante, que ya se enseñan en las autoescuelas, se encuentran:
- A la hora de arrancar el vehículo, conviene hacerlo sin pisar el acelerador y, si el motor es diesel, esperar unos segundos antes de iniciar la marcha –si es gasolina debe hacerse inmediatamente después del arranque-.
- La primera marcha debe mantenerse sólo en el inicio. Hay que cambiar a la segunda a los pocos segundos o una vez recorridos unos cinco metros.
- Los sucesivos cambios de marcha deben hacerse teniendo en cuenta las revoluciones que alcance el motor -entre las 1.500 y 2.000r/min para diesel y entre las 2.000 y 2.500r/min para gasolina- y las velocidades.
- En líneas generales, lo más recomendable es siempre circular con marchas largas y a bajas revoluciones –con ello se reduce notablemente el consumo de carburante-.
- Respecto a la velocidad, conviene mantenerla constante durante el mayor tiempo posible, evitando acelerones y frenazos innecesarios. Igualmente, hay que recordar que el consumo de combustible aumenta cuanto más aumenta la velocidad. Por ejemplo, al pasar de 100 Km/h a 120 km/h el vehículo pasa de gastar de 8 l/100 km. a 11,5 l/100 km.
- Conducir con las ventanillas bajadas o con algún tipo de accesorio exterior aumenta la resistencia del vehículo al aire y, en consecuencia, aumenta también el gasto de gasolina provocado por un mayor esfuerzo del motor.
- Es importante prever el momento de una parada con cierta antelación para ir levantando progresivamente el pie del acelerador y reducir de marcha lo más tarde posible. Para frenar, también hay que hacerlo de forma suave.
- En lo relativo a las paradas, se recomienda apagar siempre el motor cuando éstas van a durar más de un minuto.
Foto: Autoescuelas Molina